que se pensaban poesía
y en la noche de la vida
bondadosa alcahueta
cazaban el mar
con sus redes tontas
abrazaban el cielo
con su cuerpecito blanco
dormían al arrorró
de la cuna lunar
eran dos almas
se creían amor
del puro del sabio
del fuerte del que no existe
sino en los pingüinos
y los elefantes con sus trompas
de beso
nariz con nariz
pero era la vida
prostituta torpe
infame estafadora
la vida
y el mar tiene la fuerza del centro de la tierra
y el cielo es el cielo
algunos dicen que no existe
otros
que si miras bien junta todas las galaxias
y rompió las redes y ahogó las sirenas
y quebró los brazos e incendió los versos
y en la descomunal noche
de la vida
virgen redentora
nena caprichosa
mirarse sin fin era el augurio
del fin que se venía al galope
de los cuatro jinetes
del diluvio universal
del vacío amargo
de las botellas en la mesa
y el humo revoloteante
como fantasmas cargosos
y es que eran dos bichos nimios
dos langostas feas
con las patitas quebradas
y se creían
más allá
de todo y de nada
de la vida
esa energía brutal y arrasadora
que mezcla cielos y mares
y se los traga sin cerrar los ojos
que mezcla cielos y mares
y se los traga sin cerrar los ojos
y a la vida
con sus manos frotándose
con la constancia acezante
de su paso fúnebre
a la vida con sus regateos
y sus fondos malversados
con el torso tras el escritorio
y la sonrisa condescendiente
no le gustaba salir perdiendo
No hay comentarios:
Publicar un comentario