sacudime
la hora de a poquito me mata
sobre el rincón del insomnio
las manitos perforantes
del consuelo
de la bizarría enferma de una lágrima
de la voz que canta y te descompone
te hace llorar asco
vomitar versos y lamerlos del piso
perro con hambre
desde un parlante
el mate
amargo
la hora
amarga
la almohada
la sonrisa ahí
para meterte a traición
doce puñaladas
y en el letargo imprimirte a fuego
abril en la piel
en la memoria
abril bajo las uñas
sobre el vientre
abril sobre tu sombra y tu frío
para acurrucarme en tus palmas juntas
como se acomoda una carta
un recuerdo
el cuerpo entre las colchas
entre tus manos
una plegaria
para poder dormir
sobre tus hombros
abril sobre los párpados
abril
bajo la lengua
te droga con su clima absurdo
abril te atonta y obnubila
abril un alfiler en la retina para despertarte
con sus justas razones
porque aquí la primavera
empieza en septiembre
aunque sea igual de corta.
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